¡¡¡¡Todavía estamos en Tailandia, pero esto fue sin duda un punto culminante !!!! A pesar de ser una empresa nueva y de estar perfeccionándose, el personal es divertidísimo, atento y apasionado, e interactuar con los elefantes fue una pasada. No sólo les dimos de comer, sino que nos bañamos en barro y rodamos con ellos. Fue una experiencia única. A pesar de haber tenido que ser rescatados de circunstancias terribles, es evidente que han encontrado la felicidad en estas instalaciones. Aunque pudimos interactuar con los elefantes, estaba claro que su seguridad y comodidad eran siempre la prioridad y, como turista que hace todo lo posible por participar sólo en actividades morales en el extranjero, eso me hizo sentir bien con mi elección. Esta sería una de las mejores recomendaciones que haría a un amigo que visitara Tailandia. Gracias chicos, seguid luchando y espero que sigáis ayudando a más y más elefantes a salir de diversas circunstancias.
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